7/02/2010

HAMBRE cortometraje

Despues de que el boom del video en los 80s sustituyó al Drive in de los 70s, el cine independiente de terror encontró un espacio en la escena de video shells de los video clubs de todo el mundo, un momento en el que la saturación en el mercado y la accesibilidad del cine en video provocó que nacieran publicaciones, reseñas y un nuevo tipo de crítico de cine que hablarón imparcialmente de este circuito sobre el mismo nivel del cine independiente establecido, por así decirlo. Mientras existía Premiere lo alterno era Film Threat, mientras existía Fangoria lo alterno era Gore Score etc. Casi de la noche a la mañana ya no eran solamente las B movies de los pequeños estudios las cuales tenían la oportunidad de tomar culto y ser consideradas la segunda clase, el video trajo una nueva clase de realizadores outsiders con mejores propuestas y más visión que una producción digamos de Roger Corman, proyectos suficientemente ambiciosos para enamorar a cualquier fan del género, pero demasiado rústicos y poco pulidos como para alcanzar un estatus de "legítimos" en el mainstream, desde Ozone de JR Bookwalter hasta Shattered Dead de Scooter McCrae, pelis shot on video, fuera de las ciudades de industria, bajo la estética DIY. Me toco ver crecer a Bookwalter desde su epica en super 8 con su clásica The Dead Next Door y presencié el hype que Scooter McCrae causó cuando su peli debut era la única película original de zombies en la escena gringa. Pero apezar de que tuvierón un par de reseñas en publicaciones internacionales del género, poco se ha hablado de este movimiento, uno que fue una especie del underground de los 90s.

Ahora con el internet y la explosión de los medios, términos como underground o contra cultura suenan fuera de lugar, pues todos desde los críticos de cine hasta los realizadores de cine indie, tienen la misma oportunidad de navegar sobre las mismas aguas de la web, pero al igual que el underground de los 90s, sólo lo que tiene algo brillante se mantiene a flote sobre la superficie, no importa que tan inteligente y astuta haya sido la campaña viral, al final, lo más especial es lo que traciende.Dentro del circuito fuera del mainstream mexicano, me ha tocado ver toda clase de proyectos indies del género, desde los que buscan un quick cash tirandole al cine de fórmula, hasta los proyectos más austeros del universo del cine digital. No ha habido nada mejor que cuando me encuentro un movimiento similar al que Bookwalter, McCrae o Van Beber tenían del otro lado de la frontera, pues muy dentro de mi corazón, todo la cosa que empeze con mis proyectos en Tijuana a finales de los 90s , era mi deseo de formar parte de algo como este cine, aunque era mi fantasía, con el tiempo, en todo el país muchos grandes jovenes talentosos tomarón su camaras de video y se lanzarón a rodar sus cortos de género, llendo encontra de todo lo que se conocía como cine mexicano. Así me tope con el frenético y perverso corto Camara Oscura de J de León y con el trabajo de Agustin Galvan y Christian Cueva de Los Mochis, Sinaloa, dos talentos de la era del cine digital que se han pulido bajo la estética DIY, primero Galvan con un low budget ambicioso Destello y Cueva con su corto de vampiros SED. Ahora en el 2010, han unido fuerzas para realizar una especie de precuela de SED, una micro producción que sigue siendo un buen ejemplo de la maravillosa inquietud de los talentos que se rehúsan integrarse al movimiento del centro del país. Para mi talentos como ellos, son el equivalente de Scooter McCrae o Bookwalter en el tercer mundo.HAMBRE, abre con la ciudad de Los Mochis completamente desolada, hay vehículos abandonados en las avenidas vacías, los locales comerciales estan sellados con cortinas metalicas, y flyers con la leyenda SE BUSCA Patricia Montes (el personaje principal de SED) aparecen en las gastadas paredes de la ciudad. En lo alto de una azotea, vemos a dos jovenes escondidos observando el terríble panorama, tienen un miralejos, lonas de plastico filtrando agua en cubetas, cuaderno de notas y todo lo que parece indicar un plan de supervivencia. Específicamente vigilan un cuerpo semidesnudo en las banquetas de la ciudad, "¿Cuántos días lleva nuestro vecino en esa posición?" -comenta uno. "7 días" -contesta el otro. Inclinados y en desesperación discuten como utilizar los telefonos públicos como alarma, "Así podremos saber sí hay de ellos aquí", pero su desesperación pasa a preocupación cuando el líder del grupo aparece y les avisa que hay que reunirse con los otros. Pronto nos damos cuenta que forman parte de seis jóvenes refugiados en lo más alto de un edifício abandonado, despues de que una epidemia de la peste arrancó con la ciudad, aunque el pánico parece que viene del temor de ser descubiertos por los humanos infectados, el verdadero terror llega cuando discuten como comerse entre ellos mismos ¿Crudo o cocido? ¿Machaca o carnitas?
HAMBRE continua la legacía que Mathesson sembró con su novela I Am Legend y que Romero perfeccionó con su trilogía de películas de los muertos vivientes, en un futuro apocaliptíco, en medio del brote de un virus, cuando no exista un lugar a salvo, cuando no haya comida ¿Te sacrificarías para ser el alimento de tus amigos? Galvan y Cueva superan de lejos las ambiciones técnicas de sus trabajos anteriores, el paisaje que parece prelavado en ácido en el que convierten a la ciudad de Los Mochis crea una atmósfera de putrefacción y aislamiento, basta con un simple encuadre donde somos el POV de los miralejos para percibir el fin de los tiempos, un verdadero balance del feeling de ansiedad del trabajo de Galvan y de la pasión por lo fantástico del trabajo de Cueva.
Dentro del circuito de cortometrajes de aquí y de allá, ha habido muchisímas propuestas del tema, pero me atrevo a decir que es la primera vez que veo un corto donde el terror no viene de lo viceral de los zombies/vampiros/infectados, pues es obvio que el duo de Galvan y Cueva no son fanboys que buscan la salida fácil imitando escenas de acción y suspenso de sus películas favoritas, ni siquiera recurren al trillado gore y salpicón de los seguidores del trend de Shaun of the Dead o Zombieland, HAMBRE es una pieza de la revelación del monstruo dentro de nostros en un momento de desesperación, que se enfoca en los personajes con intenciones de straight horror más que de una obra campy saturada de CGI y filtros digitales, y eso es una bendición en la era post- Grind-Tarantino, pues aunque el corto es interpretado por un grupo de actores no profesionales, es admirable y se agradece bastante que se interprete dentro del género en serio y honestamente.
El guión de Galvan es una buena muestra que conoce la historia del género, en vez de recurrir al trágico drama del cine del tercer mundo, Galvan se pone las pilas con momentos a la The Thing de Carpenter (how cool!), mientras que la camara de Cueva se luce con una foto claustrofobica y dinámica, me creí el outbreak desde una azotea y desde un par de habitaciones. El corto tiene un climax y un final en donde se celebra y se revela más sobre el sub género, pero para que arruinarles las sorpresas. HAMBRE es una señal de que Galvan y Cueva tienen que seguir trabajando como un duo y de que con un poco más de presupuesto y más tiempo, tomaran las riendas del cine de terror mexicano, como dice uno de los personajes, "a nadie le gusta morirse de hambre" pero mientras ellos sigan con sus maravillosos proyectos DIY, que se mueran de hambre pero que nos den más cortos.

; )

3 comments:

@duendecallejero said...

Quizá primero muramos de algo más. Cáncer unos, ataques al corazón otros... ¿Balas? Las cosas están demasiado jodidas. Pero mientras eso pasa, carajo, vaya que seguiremos. Un saludo y gracias por su reseña. Y qué bueno que le gustó.

Aaron Soto said...

Ja, obviamente es una broma, yo quiero que vivan para ver más de sus proyectos y colaborar con maestros como ustedes.

Aunque Stephen Hawking ya nos advirtio de una posible invasion alienígena, ¡Todo puede pasar!

Christian Cueva said...

Gracias por tus comentarios Aarón, me halagan y más viniendo de tí, que eres un cineasta a quien admiro y respeto... espero que falte poco tiempo para que todos estemos sentados alrededor de una misma mesa, trabajando en un mismo proyecto.
Saludos desde la trinchera!